
No en vano San Basilio de Palenque fue nombrado Patrimonio Cultural inmaterial de la humanidad por la Unesco. En cada bocanada de aire que se respira, en cada uno de sus sonidos, en cada una de sus calles y de sus casas, se percibe la historia de un pueblo rico en tradiciones culturales. Dispuestos a atender a cada visitante, mujeres, hombres, niños y
niñas de este corregimiento del municipio de Mahates departamento de Bolívar reciben de manera espontánea y con la calidez que los caracteriza, a todo aquel que llega a su terruño.
Muchos recuerdan a San Basilio gracias al famoso “Kid Pambelé” quien en los años setenta puso en lo más alto el nombre de su pueblo y de su patria; otros, la gran mayoría, lo tienen presente por el legendario festival de tambores que lanzó a la fama internacional a agrupaciones musicales como el sexteto Tabalá y Son Palenque. Sin embargo este pueblo se ha caracterizado además por albergar a algunos de los mejores intérpretes de tambor alegre y marímbula.
Gregorio Cassiani carpintero y luthier, valiéndose de sus manos hoy ajadas y llenas de arrugas (que evidencian el trabajo de más de medio siglo) dejó en cada uno de los instrumentos que fabricó una mezcla de conocimientos, anécdotas e historias, las mismas que aloja en su corazón y su memoria. Su caminar pausado, su forma de hablar cadenciosa y su mirada profunda reflejan el legado cultural de sus ancestros, que él comparte desinteresadamente.
Aunque la apariencia de los tambores que se interpretan en San Basilio es similar a la de aquellos que se fabrican en la región de los Montes de María, cada uno de ellos lleva en el cuero, en la madera y en la cabuya las alegrías, tristezas y motivaciones de todo un pueblo que se ha dedicado a la música y al arte como principal medio de subsistencia. Con el tambor alegre “se toca la chalupa, se canta el bullerengue y música folclórica” dice José Valdez Teherán, conocido en Palenque como “Paito” y quien después de fabricar uno estos instrumentos durante el taller que realizó en este corregimiento el proyecto Luthiers Colombianos, canta con asombrosa afinación y sabor colombo africano: “teresita, teresita hija de buena madre, teresita, teresita hija de buena madre, la mama e´ llama Graciela, la abuela maría la luz upa je, upa je, nos vamos pa´onde la Luz, upa je, upa je, nos vamos pa´onde la Luz”.
Con el apoyo del proyecto Luthiers Colombianos, los palenqueros de San Basilio a través de sus artesanías, cantos y esencia, seguirán aportando de manera importante al patrimonio cultural de nuestra nación.